Tom Long y Max Paul Friedman
Publicado por El Universal (México)
20 de julio 2015

Este lunes la bandera cubana será izada en una casona de la calle 16 de Washington, D.C. Poco después, el secretario de Estado John Kerry viajará a La Habana para abrir la embajada estadounidense en la isla. Estos hechos representan la culminación de un notable giro en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Sin embargo, la nueva era de la relación no es un triunfo de negociadores secretos o una estrellita en el legado del presidente Barack Obama. Su administración no está respondiendo sólo a cambios demográficos en Florida, está actuando además como consecuencia de un esfuerzo latinoamericano —iniciado hace décadas y últimamente exitoso— para modificar la política de Estados Unidos.